Soy más que un diagnóstico

marzo 29, 2022

Por: Rodsella Aragundi, Psicóloga y Psicoterapeuta

Recientemente vi un video de un experimento social llamado Beyond the Label, donde un moderador les hacía preguntas a personas acerca sobre sí contratarían o estarían en una relación amorosa  con una persona que tuviera un diagnóstico mental o, qué harían si tuviera un familiar con un este tipo de diagnósticos.

Las respuestas de las personas fueron sorprendentes, desde cómo no saber como lidiar con una enfermedad mental por no ser doctores, que preferirían no estar con una persona o simplemente no tomarla en cuenta para trabajos por su “discapacidad”.

Pero la verdadera sorpresa es que luego de escuchar todas estas respuestas, fue que al final vemos que el moderador se presenta y les dice que ellos han sufrido de una enfermedad mental o tienen un diagnóstico. Con esto en mente, me preguntaba cómo podemos lidiar cuando se nos ha dado un diagnóstico mental.

Con frecuencia el rechazo puede hacer que alguien esconda que está teniendo una dificultad para no sentirse débil y hasta alejarse de su círculo social. O por el contrario buscar una comunidad de personas que tienen en común. Pero esto puede ser una línea divisoria, que no se habla o se deja a un lado.

Como ser humanos necesitamos conexión, tenemos el deseo de que nuestra opinión sea escuchada. En ocasiones sucede que escuchamos acerca de las enfermedades mentales y nos concentramos en el diagnóstico más que la persona detrás.

¿Cómo podemos cultivar relaciones saludables y sentirnos más aceptados? 

Crea conciencia en los demás. Quizás haya una falta de información acerca de la enfermedad, pero puede ser productivo ayudar a los demás a entender sobre de que se trata, remover los mitos que están alrededor de este.

Valida tus propias emociones. Revisa cómo te sientes sin juzgarte a ti mismo(a). Nadie puede saber cómo te sientes, excepto tú.

Tu diagnóstico no define quién eres ni que serás. Si tienes depresión eso significa que viviré toda la vida con depresión. Hay ciertas condiciones que son crónicas, pero igualmente no definen tu futuro ni tus sueños.

Enseña a los demás como quieres ser tratado. Practica ser asertivo(a) y siéntete libre de poder expresar tus opiniones de una forma respetuosa. A veces hay malentendidos o la comunicación es un poco confusa, por lo que es importante aclarar.

No te compares con los demás. Lo que sientes y cómo experimentas situaciones son únicas y no siempre son iguales.

Promovamos la conversación acerca de la salud mental y alentemos una representación balanceada en cuanto a las enfermedades mentales. Vivir con dignidad y discriminación es un derecho de todos.

¿Cómo afrontar el diagnóstico de una enfermedad grave, tuya o la de un familiar?

febrero 7, 2021

Por: Rodsella Aragundi, Psicóloga y Psicoterapeuta

El recibir un diagnóstico de puede conllevar diferentes reacciones, desde negación hasta un afrontamiento de la enfermedad. No hay una reacción que sea considerada normal, ya que esto depende de cada persona.

Lo importante es poder procesar estas emociones de manera saludable, y en ocasiones una terapia psicológica de apoyo es una manera de lidiar con un diagnóstico.

Un diagnóstico de una enfermedad grave,  no solamente impacta al individuo, sino también a su núcleo familiar. La familia, especialmente si hay hijos son impactados de gran manera por lo que se recomienda que participen de una terapia psicológica.

Según estudios, trastornos de ánimo como la depresión y ansiedad son comunes en pacientes con enfermedades graves. Síntomas de la depresión como falta de energía o pérdida del apetito, insomnio pueden ser contraproducentes en una persona que padece una enfermedad grave. Pensamientos suicidas e intentos de suicidio pueden generar en el paciente un deseo de no luchar contra la enfermedad, en caso de que haya tratamiento.

¿Cómo explicarle a nuestros hijos sobre un diagnóstico de una enfermedad?

Lo importante es poder explicar la enfermedad en un lenguaje sencillo. Es importante que se abra un espacio para que haya preguntas, si el niño/a no hace preguntas, puede esperar un tiempo prudente hasta que el niño se sienta con la confianza de hablar del tema.

En niños de 3 a 5 años se les puede decir que que hay una enfermedad (ponerle nombre) y que el doctor estará dando una medicina. No debemos llenar de mucha información, es preciso escuchar las preguntas que esto genere. Para niños pequeños dar la información en pequeñas dosis, hacer preguntas y luego contestarlas. Si no sabemos cómo contestar, podemos decirles que no sabemos la respuesta y que trataremos de responderle.

En niños mayores se les puede explicar lo que la enfermedad causa en el cuerpo, sin dar detalles o usar términos médicos complejo, asegurarles que a pesar de los cambios alrededor, nuestra intención es de apoyo.

En los adolescentes que tienen mayor comprensión de lo que implica una enfermedad, como puede verse afectado su entorno y el del familiar. Una de las recomendaciones es poder ser sincera, usar un lenguaje sencillo y poder conocer de primero que saben sobre la condición médica. Esto puede ayudar a corregir cualquier malentendido que nuestros hijos puedan tener acerca de la enfermedad.

Reacciones comunes que pueden presentarse

Las reacciones emocionales de tristeza y disgusto, para esto es importante no enmascarar estas emociones. Debemos permitir que expresen todo tipo de emociones, como tristeza y enojo pero de manera saludable, sin lastimarse a ellos mismos o a los demás. Como padres debemos darnos el permiso de poder lidiar con nuestras emociones y no tratar de ocultar nuestras emociones.

A veces no sabemos qué sienten nuestros hijos, sino a través de su conducta. Un niño que es muy dependiente, se puede volver aún más dependiente. Así como un niño que tiende a ser rudo, puede empezar a pelearse con otros niños – en estos temas es poder poner en palabras como se puede sentir y poder expresar su enojo de una manera que no lo perjudique.

Pueden ocurrir dificultades para dormir, regresiones, es decir el niño se comporte a un estado de madurez previo. El juego es una manera en la que podemos determinar cómo el niño se siente, es su manera de expresar su mundo emocional.

¿Qué podemos hacer para apoyar a los niños?

Si bien es cierto es importante ser abiertos, de acuerdo a la madurez del niño, es probable que el niño quiera ser parte del proceso de tratamiento. Podemos ir dándole reporte sobre el progreso o intervenciones que son necesarias, así como cambios físicos y emocionales que van a ir viendo.

La realidad en ocasiones puede ser difícil, pero más difícil es tratar de aislar a nuestros hijos de conocer lo que sucede. A veces queremos protegerlos de esta difícil noticia, pero el no explicar también puede hacerlos sentir vulnerable.

Aunque uno no haya dicho nada, el niño/a o adolescente es capaz de interpretar que hay algo que no se está diciendo. Pueden saber que algo está afectando a la familia, aún cuando esto no se haya divulgado; por lo que es mejor poder hablarlo.

Prepararse uno mismo para dar la noticia es primordial, así como buscar un tiempo y
lugar apropiado donde se pueda divulgar.